Más Dermatología, n.º 41

Más Dermatol. 2023;41:5-9 doi:10.5538/1887-5181.2023.41.5 7 ARTÍCULO DE REVISIÓN Lesiones pigmentadas en niños (I): nevos melanocíticos y melanoma Gil Redondo R jóvenes en forma de pápula cupuliforme, solitaria, bien delimitada, de color piel, rosa, rojizo o parduzco. Aparecen de manera brusca, habitualmente, en la cabeza, el cuello o las extremidades inferiores, y crecen rápidamente hasta alcanzar un diámetro de entre 4 y 8 mm5. Por su morfología y color, se debe hacer el diagnóstico diferencial con verrugas virales, moluscos, nevos intradérmicos, angiomas capilares o xantogranulomas juveniles1. En la dermatoscopia, suelen presentar un patrón en vasos puntiformes y/o retículo invertido3. El nevo de Reed se considera la variante pigmentada del nevo de Spitz, y aparece, generalmente, en las extremidades de adultos jóvenes, en forma de pápula muy pigmentada, de color marrón oscuro o negro, entre 3 y 5 mm5. Presentan característicamente un patrón dermatoscópico en «estallido de estrellas», con pseudópodos o proyecciones radiales por todo el contorno de la lesión3. Aunque se trata de lesiones benignas, son simuladores clínicos, dermatoscópicos e histológicos de melanoma, por lo que, en muchas ocasiones, requieren extirpación para su análisis histológico1. OTRAS LESIONES MELANOCÍTICAS BENIGNAS Nevo azul Se trata de lesiones maculares o papulosas bien delimitadas, de, habitualmente, menos de 5 mm, con coloración homogénea en tono negro, azulado o grisáceo, que aparecen en la zona distal de las extremidades, la cabeza o el cuello a partir de la adolescencia. La coloración azulada se debe a la localización más profunda de los melanocitos. Nevus spilus Se presentan en el tronco y las extremidades en formas de parches con pigmentación marrón claro, de varios centímetros, que aparecen al nacimiento o en la infancia temprana, sobre los que se desarrollan múltiples nevos junturales, combinados, azules o de Spitz, de pocos milímetros. Nevo melanocítico adquirido de la matriz ungueal Se manifiestan en forma de banda pigmentada longitudinal en la lámina ungueal (melanoniquia longitudinal), bien delimitada, de pocos milímetros, en tonos marrones claros u oscuros, compuestos por bandas de color homogéneo. En niños, suelen constituir lesiones benignas, incluso cuando clínicamente se presentan con signos atípicos, ya que el melanoma ungueal en la infancia es excepcional1. MELANOMA El melanoma es un tumor raro en la infancia, aunque su frecuencia aumenta en la adolescencia, siendo el 2.º-3.er tipo de cáncer más frecuente entre los 15 y los 19 años y, dentro del cáncer de piel, el tipo más frecuente. La incidencia anual es de, aproximadamente, entre 3 y 18 casos por 1000000 de habitantes-año entre los 10 y los 19 años, siendo cada vez más frecuente con la edad y con una ligera predominancia en el sexo femenino6,7. Únicamente entre el 1 y el 4% de todos los melanomas se producen en menores de 20 años. El riesgo de transformación de un nevo benigno en melanoma a lo largo de la vida es de, aproximadamente, 1 entre 10000, y más del 50% de los melanomas se producen de novo8,9. Hasta el año 2000, se observó una tendencia al alza en la incidencia, si bien, entre los años 2000 y 2015, se ha visto una disminución en la incidencia en adolescentes, sobre todo, en los varones, en los localizados en el tronco y las extremidades y en el subtipo de melanoma de extensión superficial, que es el más típico del adulto, todo ello probablemente relacionado con las medidas de educación y prevención de cáncer de piel adoptadas en las últimas décadas9. La incidencia de melanomas de tipo spitzoide, congénito o asociado a NMC, es desconocida, aunque se sabe que es más frecuente cuanto menor es la edad6,8. El melanoma en pacientes pediátricos presenta mayor índice de Breslow y mayor índice de mitosis que en el adulto; no está claro si se debe al retraso diagnóstico, por baja sospecha clínica y por

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