N.º 52  Octubre / Diciembre 2025


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Nuevas estrategias en renovación cutánea. Evidencia científica

Elisa Suñer Ollé y Tamara Martínez Valverde

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RENOVACIÓN CUTÁNEA Y SU IMPORTANCIA

La renovación cutánea es un proceso dinámico y regulado que mantiene la integridad de la epidermis. Se inicia con la proliferación de queratinocitos en el estrato basal, su diferenciación en los estratos espinoso y granuloso, y la formación de corneocitos en la capa córnea, eliminados por descamación controlada1. Este ciclo dura 26-28 días en adultos jóvenes.

Su relevancia clínica radica en preservar la función de barrera, limitar la pérdida de agua, modular la permeabilidad química y proteger frente a microorganismos. Un recambio adecuado mejora la textura, la luminosidad y la resistencia; su alteración se asocia a xerosis, disqueratosis, hiperpigmentación, fotoenvejecimiento y dermatosis inflamatorias como psoriasis, eccema o acné2.

Con el envejecimiento y la influencia de factores externos, este proceso se ralentiza, adelgazando la epidermis y acumulando células muertas, lo que genera piel opaca, áspera y propensa a arrugas por menor síntesis de colágeno y elastina3.

Terapéuticamente, su modulación mediante retinoides, hidroxiácidos, peelings o resurfacing favorece la regeneración celular, mejora la cohesión corneocitaria y retrasa el envejecimiento cutáneo.

PRINCIPALES TIPOS DE ARRUGAS

Dentro de los signos del envejecimiento cutáneo, se encuentran las arrugas3. Estas son pliegues que aparecen en la superficie cutánea, que, con el paso del tiempo, se hacen cada vez más profundos y evidentes. Se producen de forma fisiológica debido a diferentes cambios que ocurren en las capas de la piel3. Existen distintos tipos de arrugas según su origen:

  • Arrugas estáticas: son aquellas que aparecen debido a la pérdida natural del volumen y la funcionalidad del tejido cutáneo (disminución de la síntesis de componentes de la matriz: colágeno, proteoglicanos, ácido hialurónico, etc.)3. Son arrugas visibles en reposo o con el gesto relajado.
  • Arrugas dinámicas o de expresión: se forman debido a los movimientos repetitivos de los músculos faciales al gesticular, hablar, sonreír, masticar o fumar. Son visibles en el momento de tensión. Empiezan a aparecer a partir de los 20-25 años. Se transformarán en arrugas estáticas con el paso del tiempo.
  • Arrugas gravitatorias: se producen por la pérdida de firmeza asociada a la edad y por la acción de la gravedad. Son más profundas y se encuentran en zonas donde la piel tiende a perder más firmeza. Acentúan las arrugas dinámicas y estáticas.

RENOVADORES CUTÁNEOS: TIPOS E INGREDIENTES

Los ingredientes clásicos en la renovación cutánea —retinoides y alfa- y betahidroxiácidos (AHA y BHA, respectivamente)— se caracterizan por su eficacia comprobada y su amplio uso en dermatología cosmética:

  • Los retinoides tópicos, derivados de la vitamina A, son el tratamiento de referencia en renovación cutánea. Por ello, se usan ampliamente en dermatología por su eficacia en el acné, el fotoenvejecimiento y la hiperpigmentación. Su mecanismo de acción implica procesos bioquímicos que modulan la función celular y expresión génica tras su conversión en ácido retinoico, que es la forma activa. Regulan la renovación celular, estimulan el colágeno y la elastina, reducen el sebo e inhiben la actividad de los melanocitos4. Sobre la piel, mejoran la textura, la luminosidad, las arrugas finas, los comedones y las manchas. Su uso requiere precaución: puede causar irritación y fotosensibilidad, no se recomienda en el embarazo, debe iniciarse progresivamente y siempre con fotoprotección solar5.
  • Los AHA son compuestos orgánicos derivados de frutas, leche y otros productos naturales. Se utilizan ampliamente en dermatología y cosmética por su capacidad exfoliante, hidratante y regeneradora6. Entre los más conocidos, están el ácido glicólico, el láctico, el cítrico, el málico y el tartárico. Actúan rompiendo enlaces entre corneocitos, desmosomas y puentes de hidrógeno, facilitando la descamación sin destruir células. Esto mejora la textura y favorece la renovación cutánea. Su penetración varía según la estructura química, la concentración, el tiempo de exposición y el pH. En bajas concentraciones, actúan superficialmente; en altas, alcanzan capas más profundas. El uso controlado estimula los fibroblastos y la síntesis de colágeno, elastina y glicosaminoglicanos, mejorando la firmeza, la hidratación y el grosor dérmico6.
  • Los BHA son compuestos orgánicos con el grupo hidroxilo separado del carboxilo por dos átomos de carbono. El más usado en dermatología es el ácido salicílico, derivado de la corteza del sauce blanco. A diferencia de los AHA, los BHA son solubles en aceite, lo que les permite penetrar profundamente en poros obstruidos por sebo y células muertas, siendo clave en pieles acneicas7. El ácido salicílico reduce la cohesión entre corneocitos, facilitando su eliminación. Esta exfoliación mejora la textura, reduce el grosor córneo y favorece la regeneración. Penetra en los folículos pilosebáceos, y tiene acción comedolítica, antiinflamatoria y antibacteriana7. En cosmética, se usa en concentraciones entre el 0,5 y el 2 %; las concentraciones mayores requieren control médico.

Estos compuestos, aunque muy efectivos, suelen asociarse a efectos secundarios como irritación, eritema o descamación intensa, por lo que su aplicación requiere protocolos individualizados y supervisión dermatológica.

NUEVAS ESTRATEGIAS EN RENOVACIÓN CUTÁNEA

Como se ha indicado anteriormente, los retinoides tópicos y los ácidos orgánicos se utilizan como opción de tratamiento preventivo y correctivo eficaz, a pesar sus potenciales efectos adversos asociados. Con la evolución de la dermocosmética, la demanda de productos antienvejecimiento con eficacia similar a los retinoides —pero con mejores perfiles de seguridad— ha crecido y, con ella, la investigación en nuevos ingredientes. A continuación, se presentan algunas de las alternativas disponibles:

  • Los polihidroxiácidos (PHA), como el ácido lactobiónico, la gluconolactona o el ácido maltobiónico, son una clase de hidroxiácidos de nueva generación que actúan como exfoliantes químicos suaves, especialmente indicados para pieles sensibles8,9. Los PHA rompen los enlaces entre los corneocitos (células muertas de la epidermis), promoviendo su desprendimiento y favoreciendo la renovación celular. Esto mejora la textura y la luminosidad de la piel. Debido a su mayor peso molecular en comparación con los AHA, los PHA penetran más lentamente en la piel, lo que reduce el riesgo de irritación y los hace ideales para pieles reactivas o sensibilizadas9. Además, poseen funciones complementarias, como hidratantes —atrayendo y reteniendo agua en la epidermis, lo que mejora la función de barrera de la piel—, como antioxidantes —neutralizando los radicales libres, lo que ayuda a prevenir el daño oxidativo y el fotoenvejecimiento— y como reparadores, como ocurre con el ácido lactobiónico, que posee propiedades cicatrizantes que ayudan a reforzar la barrera cutánea y mejorar la tolerancia de otros ingredientes cosméticos8.
  • Durante siglos, los extractos vegetales fueron la base del tratamiento de diversas enfermedades. Muchos medicamentos actuales derivan de plantas, y los pacientes aún recurren a alternativas naturales. Del mismo modo, la cosmética evalúa derivados vegetales como principios activos:
    • El bakuchiol es un ingrediente natural alternativo a los retinoides tópicos, con bibliografía científica que avala su eficacia. Es un fenol meroterpénico presente en las semillas de Psoralea corylifolia (babchi) y otras fuentes vegetales. Tiene, además, propiedades antiproliferativas, antiinflamatorias, antioxidantes y antiacné10,11. Aunque estructuralmente es diferente al retinol, actúa como análogo funcional, modulando los genes del ácido retinoico y estimulando el colágeno. Los estudios demuestran eficacia antienvejecimiento con mejor tolerancia11.
    • Estudios recientes sobre el extracto de Bidens pilosa —conocido por sus propiedades medicinales como antiinflamatorio, diurético y antidiabético— han demostrado que también actúa, de forma similar a los retinoides sintéticos, sobre los receptores nucleares del ácido retinoico (RAR; del inglés, retinoic acid receptor) y de los retinoides X (RXR; del inglés, retinoic X receptor). Estimula la expresión de los RXR y reduce la de los RAR, con un rendimiento similar al retinol. Estudios in vivo avalan sus propiedades antienvejecimiento, dado que incrementa la elasticidad, tiene efecto redensificante, reduce arrugas y rugosidades, y unifica el tono. La supresión de RAR podría relacionarse con una menor incidencia de efectos secundarios, lo que posiciona este extracto como alternativa eficaz a los retinoides12.
  • Los péptidos biomiméticos representan una estrategia innovadora en renovación cutánea, al emular secuencias peptídicas endógenas implicadas en la comunicación intercelular y la reparación tisular. A diferencia de los retinoides o los hidroxiácidos, su principal ventaja es su alta selectividad biológica y superior tolerancia cutánea, lo que permite su uso incluso en pieles sensibles o con disfunción de la barrera. Actúan estimulando la neogénesis de colágeno, elastina y glicosaminoglicanos, promoviendo la remodelación dérmica y mejorando la firmeza y elasticidad. Además, modulan la diferenciación de queratinocitos y optimizan la cicatrización y regeneración epidérmica. Su versatilidad estructural permite diseñar secuencias para inhibir las metaloproteinasas, reducir la inflamación o potenciar la angiogénesis reparadora13.
    Dentro de los péptidos, como novedad reciente procedente de la industria farmacéutica, se incorporan péptidos cíclicos, que, por su estructura, aportan ventajas competitivas sobre los lineales. Son más específicos, ofrecen mayor biodisponibilidad, hasta 30 veces más estabilidad por su resistencia enzimática y mayor bioactividad. Un ejemplo es la heterofilina B (en inglés, heterophyllin B), procedente de la raíz de Pseudostellaria heterophylla (ginseng príncipe). Estudios in vitro e in vivo demuestran que actúa en las mismas vías que el retinol para promover la renovación cutánea. Además, estimula el metabolismo de los retinoides, reactiva la matriz dérmica y protege las propiedades mecánicas, sin aparentes efectos indeseados y apto para uso diurno14.
    En conjunto, los péptidos biomiméticos ofrecen una vía eficaz, segura y multifuncional para regenerar la piel y contrarrestar el envejecimiento, con menor riesgo de irritación frente a los agentes clásicos.

La tabla 1 resume en qué puntos de la renovación cutánea actúan los renovadores clásicos y los nuevos.


RENOVACIÓN CUTÁNEA: TENDENCIAS QUE TRANSFORMAN LA FORMULACIÓN COSMÉTICA

Las nuevas tendencias y necesidades de los consumidores están influyendo en las formulaciones de los nuevos productos renovadores. Los tres cambios con mayor impacto son:

  1. Eficacia demostrada: el mayor conocimiento de los consumidores sobre ingredientes y tendencias, y su creciente exigencia al elegir cosméticos. Actualmente, no basta con seleccionar buenos ingredientes y formular con buena cosmeticidad; hay que demostrar eficacia real.
  2. Incremento de piel sensible: más del 50 % de la población europea se autodefine con piel sensible15. Las formulaciones deben ser aptas para este colectivo creciente, incluyendo ingredientes más biocompatibles. Buscar alternativas respetuosas que ofrezcan resultados visibles con ingredientes innovadores es un reto para las empresas cosméticas.
  3. Cuidado generacional: distintas generaciones conviven con diversos conceptos de belleza y modos de alcanzarla. Baby Boomers y primeros Millenials, reactivos, buscan el poder corrector en la cosmética sin que los efectos secundarios de algunos ingredientes sean un freno para su uso; Millenials jóvenes y Generación Z, proactivos, se inician antes en la cosmética, priorizando prevención y salud cutánea, rechazando potenciales efectos adversos. Con el fin de captar usuarios en las nuevas generaciones, se trabaja en productos basados en fórmulas completas que combinan ingredientes que actúan a distintos niveles de la renovación con el fin de mantener y/o reactivar los procesos fisiológicos de recambio celular. De este modo, no solo se corrigen las arrugas del presente, sino que se previenen las del futuro.

En términos de eficacia, los renovadores en cosmética se asocian a la reducción de arrugas y el efecto redensificante, por el incremento de la síntesis de proteínas de la matriz extracelular como el colágeno. Al igual que los ingredientes evolucionan, también lo hacen los métodos de evaluación. Las nuevas tecnologías permiten evaluar, no únicamente las arrugas estáticas, sino también, las dinámicas (visibles al gesticular) e inferir en la formación de las gravitacionales. Las arrugas estáticas se pueden evaluar con distintos métodos, si bien, el análisis tridimensional es el más sensible y reproducible. Esta evaluación se realiza con AEVA-HE®, Eotech (sensor de alta resolución para la evaluación topográfica de la piel), que genera imágenes 3D de la piel mediante cámara estéreo y proyección de franjas. La valoración durante la gesticulación y posterior análisis de los clips creados permite determinar la eficacia sobre las arrugas dinámicas in vivo. Se trata de un avance aplicable a dermocosmética más eficaz, que marca un antes y un después en las reivindicaciones en arrugas dinámicas, que hasta ahora se realizan según mecanismos de acción in vitro. La ecografía puede valorar de forma precisa el efecto redensificante (mejora de la estructura cutánea) in vivo, clave para prevenir arrugas gravitacionales. La figura 1 ilustra las imágenes de ambas tecnologías antes y después de ocho semanas de uso de una fórmula renovadora con ingredientes innovadores.


FIGURA 1. Imágenes de los tipos de arrugas. A) Arrugas estáticas y dinámicas, obtenidas mediante AEVA-HE®. B) Imágenes que muestran mejora de la densidad y estructura de la piel relacionadas con las arrugas gravitatorias, obtenidas mediante ecografía.

CONCLUSIÓN

Para concluir, cabe remarcar que la renovación cutánea es uno de los cuidados esenciales en cosmética para mantener un buen aspecto y funcionalidad de la piel. La exigencia de eficacia demostrada, el aumento de pieles sensibles15 y la diversidad generacional han redefinido los criterios de formulación. Ya no basta con incluir ingredientes reconocidos; es imprescindible validar la acción de las fórmulas completas, demostrando todas las funciones del producto de forma científica. Además, la búsqueda de ingredientes innovadores, biocompatibles y multifuncionales responde a la necesidad de fórmulas más respetuosas y eficaces. Las nuevas generaciones priorizan la prevención y el cuidado holístico, lo que impulsa el diseño de productos que actúan a distintos niveles de la renovación celular. En conjunto, estos cambios configuran un nuevo paradigma en cosmética renovadora, donde ciencia, tecnología y sensibilidad del consumidor convergen para ofrecer soluciones más precisas, seguras y adaptadas a cada perfil cutáneo.

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