Nuestra experiencia en vida real
Manuel Sánchez Díaz y Virginia Velasco Tamariz
10.5538/1887-5181.2025.52.45
El vitíligo es una dermatosis inflamatoria crónica con importante impacto psicosocial. Su manejo tradicional se basa en corticoides tópicos, inhibidores de la calcineurina, fototerapia y cirugía, con eficacia variable. El descubrimiento del papel de la vía JAK/STAT (del inglés, Janus kinases-signal transducer and activator of transcription proteins) ha impulsado nuevas terapias como el ruxolitinib en crema, primer tratamiento aprobado para el vitíligo no segmentario. Presentamos una serie prospectiva de 12 pacientes tratados durante 24 semanas, que mostraron repigmentación facial significativa y una mejora ≥75 % en el índice de puntuación del área de vitíligo facial (F-VASI75; de inglés, ≥75 % improvement in the Facial Vitiligo Area Scoring Index) en más del 50 %, con efectos adversos leves y locales. Estos resultados, consistentes con ensayos pivotales y observacionales, apoyan el uso del ruxolitinib crema como alternativa eficaz y segura en la práctica clínica real.
El vitíligo es una dermatosis inflamatoria caracterizada por la pérdida selectiva de melanocitos, que se traduce clínicamente en máculas acrómicas con un importante impacto en la calidad de vida de los pacientes. A pesar de que no compromete la supervivencia, su elevada prevalencia —estimada en el 0,5-2 % de la población mundial—, las repercusiones psicológicas y sociales que conlleva, así como su refractariedad a los tratamientos clásicos convierten a esta enfermedad en un reto terapéutico para el dermatólogo1.
El diagnóstico del vitíligo es clínico, recomendándose el uso de luz de Wood para detectar máculas incipientes no visibles a simple vista y diferenciarlas de otras hipopigmentaciones. Ante dudas diagnósticas, puede realizarse un estudio histopatológico o utilizar técnicas como la microscopia confocal de reflectancia, de estar disponibles2,3. Es importante vigilar signos de actividad de la enfermedad, como son los bordes hipocrómicos, las lesiones «en confeti » o el fenómeno de Koebner.
Para cuantificar la gravedad del vitíligo, están disponibles herramientas como el VASI (del inglés, Vitiligo Area Scoring Index)4, cada vez más utilizadas, no solo a nivel de investigación, sino en la práctica clínica habitual. Es una escala semicuantitativa que combina superficie afectada y grado de despigmentación en diferentes áreas corporales. Se basa en la estimación de que la superficie de la palma de la mano del paciente corresponde, aproximadamente, al 1 % de la superficie corporal total.
Existen variantes simplificadas, como el F-VASI (VASI facial, puntuado de 0 a 3 puntos) el T-VASI (VASI total, puntuado de 0 a 100 puntos), útiles en estudios recientes, porque se centran en áreas más visibles y relevantes para la calidad de vida.
Los objetivos en el tratamiento del vitíligo son tres: detener la despigmentación, inducir la repigmentación (un proceso largo, que suele durar entre 6 y 24 meses) y prevenir las recidivas. Durante décadas, el abordaje del vitíligo se ha basado, fundamentalmente, en tratamientos tópicos, fototerapia y, en casos seleccionados, técnicas quirúrgicas, con resultados variables y, en muchos pacientes, insuficientes5,6. En cuanto a los tratamientos tópicos, lo habitual en la práctica clínica es la combinación de corticoides con inhibidores de la calcineurina tópicos. La fototerapia constituye el tratamiento más eficaz y seguro del vitíligo generalizado. La fototerapia mediante ración ultravioleta B de banda estrecha (UVB-BE; 311 nm) sería la primera línea, con tasas de repigmentación ≥50 % en casi la mitad de los pacientes, especialmente, en la cara y el tronco. Los dispositivos focales (láser y lámpara de excímero) se reservan para lesiones localizadas o resistentes, con buena eficacia, pero más efectos secundarios locales (eritema, ampollas). El tratamiento PUVA (fototerapia con radiación ultravioleta A y psoralenos) y sus variantes (baño, kellina + UVA…) han caído en desuso por menor seguridad, aunque se consideran en casos seleccionados. La fototerapia domiciliaria con UVB-BE emerge como alternativa para pacientes que requieren tratamiento prolongado y seguimiento estrecho.
La cirugía en el vitíligo podría estar indicada en el contexto de enfermedad estable durante, aproximadamente, de 6 a 12 meses en pacientes no respondedores a tratamiento médico. Es adecuada para el vitíligo segmentario y localizado y hay diferentes técnicas disponibles como mini-/micro-punch grafting, injerto epidérmico por ampolla de succión, melanocitos cultivados…
La comprensión creciente de los mecanismos inmunitarios implicados en la patogenia —particularmente, la participación de la vía de señalización JAK/ STAT (del inglés, Janus kinases-signal transducer and activator of transcription proteins) en la destrucción autoinmunitaria de los melanocitos— ha abierto nuevas posibilidades terapéuticas7. Al igual que en otras dermatosis, los inhibidores de JAK (iJAK) se han incorporado al arsenal terapéutico para el vitíligo. Algunos iJAK orales se encuentran actualmente en investigación; sin embargo, el uso de iJAK tópicos es ya una realidad en la dermatología cotidiana.
El ruxolitinib, un inhibidor selectivo de JAK1/ JAK2, ha emergido recientemente en su formulación en crema como la primera terapia tópica con indicación aprobada para el vitíligo no segmentario, marcando un hito en el tratamiento de esta enfermedad7. Sin embargo, la experiencia en vida real con este fármaco aún es limitada. Un estudio retrospectivo en la práctica clínica real con 50 pacientes con vitíligo no segmentario mostró que el ruxolitinib tópico en concentración de 15 mg/g consiguió reducciones significativas en el F-VASI y el T-VASI a las 12 semanas, alcanzándose un 40 % en el FVASI75 (mejora ≥75 % en el F-VASI) y más del 40 % en el T-VASI50 (mejora ≥50 % en el T-VASI), con un perfil de seguridad favorable8.
El objetivo de este artículo es presentar nuestra experiencia en vida real con el uso de ruxolitinib crema en pacientes con vitíligo, analizando tanto la respuesta clínica observada como los aspectos prácticos de su utilización en la consulta dermatológica.
Se realizó un estudio observacional prospectivo de aquellos pacientes tratados con ruxolitinib en crema que completaron el seguimiento hasta las 24 semanas. El tratamiento fue instaurado según la práctica clínica habitual para el vitíligo (aplicación de la crema cada 12 horas) en el Hospital Universitario Virgen de las Nieves (Granada). Se recogieron datos clínicos y sociodemográficos basales, así como datos de efectividad y seguridad a las 12 y 24 semanas.
Se incluyeron 12 pacientes, con una edad mediana de 61 años, una duración mediana de la enfermedad de 15 años, y un 75 % fueron mujeres (tabla 1). Todos los pacientes incluidos presentaban afectación facial y habían recibido previamente otros tratamientos tópicos. Asimismo, todos completaron el tratamiento hasta las 24 semanas. Los valores medianos basales del F-VASI fueron de 0,59 puntos y el resultado del Facial Body Surface Affected (F-BSA) fue del 0,65 % (0-3 %). Hubo una reducción significativa del T-VASI, pasando de una puntuación basal de 10,35 a una puntuación final a las 24 semanas de 8,05. Todos los pacientes presentaron afectación significativa de la calidad de vida en el momento basal (Dermatology Life Quality Index >10). La mayoría de los pacientes presentaban un fototipo III/VI (83,3 %-10/12).

DLQI: Dermatology Life Quality Index; F-BSA: Facial Body Surface Area; F-VASI: Facial Vitiligo Area Scoring Index; n: tamaño de la muestra; T-BSA: Total Body Surface Area; T-VASI: Total Vitiligo Area Scoring Index.
A nivel de efectividad, se observó una disminución significativa de la puntuación del F-VASI, así como del porcentaje F-BSA a lo largo del tiempo (nivel de significación estadística [p] < 0,01) (fig. 1). El porcentaje de pacientes con respuesta F-VASI75 fue incrementándose desde el 50 % a las 12 semanas al 58,3 % a las 24 semanas (v. fig. 1).

FIGURA 1. Datos de efectividad del tratamiento con ruxolitinib a las 12 y 24 semanas. Se observó una
disminución significativa
de los valores medianos de las escalas F-VASI (A) y F-BSA (B) a lo largo del tratamiento (p < 0,01). El
porcentaje de pacientes
que alcanzan las respuestas F-VASI 50/75/90 se muestra en C.
F-BSA: Facial Body Surface Area; F-VASI: Facial Vitiligo Area Scoring Index; F-VASI 50: mejora ≥50 % en el VASI;
F-VASI 75: mejora ≥75 % en
el VASI; F-VASI 90: mejora ≥90 % en el VASI; p: nivel de significación estadística.
Con respecto a los datos de seguridad, los pacientes refirieron sensación de escozor/irritación con la aplicación del producto en el 33 % de los casos (4/12), siendo un efecto tolerable que no requirió la suspensión del tratamiento. Además, uno de los pacientes desarrolló una erupción acneiforme en la zona de aplicación del producto, que fue controlada con clindamicina tópica. No se observaron otros efectos secundarios relevantes.
Aunque la repigmentación en el vitíligo puede ser un proceso largo, en ocasiones, la respuesta al tratamiento se da de forma precoz. Aportamos, además, el caso de un varón de 63 años, con antecedentes de hipertensión y dislipidemia en tratamiento. Estaba en seguimiento por vitíligo de predominio facial de dos años de evolución en el Hospital Universitario 12 de Octubre (Madrid), sin respuesta a la combinación de corticoides tópicos e inhibidores de la calcineurina. Se inició la aplicación de ruxolitinib en crema cada 12 horas, observándose una respuesta casi total a nivel facial a las 12 semanas de tratamiento (fig. 2).

FIGURA 2. Repigmentación facial observada en 12 semanas en uno de los pacientes del Hospital Universitario 12 de Octubre (Madrid) tras el uso de ruxolitinib en crema aplicada cada 12 horas. A y C) Basal. B y D) A las 12 semanas.
Los datos mostrados evidencian la utilidad del ruxolitinib tópico como una estrategia terapéutica efectiva para el vitíligo no segmentario. La evaluación en condiciones de práctica clínica real aporta información adicional a la obtenida de los ensayos clínicos, ya que muestra datos que se ajustan mejor a la realidad de nuestras consultas tanto en lo que respecta a efectividad como a seguridad y tolerabilidad del tratamiento.
En primer lugar, los datos agrupados de respuesta al ruxolitinib tópico observados en nuestros pacientes son consistentes con los datos publicados en los ensayos clínicos pivotales del fármaco. La reducción significativa del F-VASI y el F-BSA a lo largo del tiempo, con tasas de respuesta F-VASI75 de alrededor del 50 % a las 12 semanas, siendo incluso algo mayor a las 24 semanas, se alinea con los datos de los ensayos de fase 3 TRUE-V1 y TRUE-V2, donde la respuesta F-VASI75 a las 24 semanas fue del 29,8- 30,9 % y aumentó hasta, aproximadamente, el 50 % a las 52 semanas7.
Si bien la repigmentación observada en nuestra cohorte es ligeramente superior a la observada en los ensayos clínicos, esto, probablemente, esté relacionado con una gravedad basal moderada y una buena adherencia al tratamiento. Además, esta magnitud es consistente con la observada en otros estudios observacionales, como el publicado recientemente por Huang et al.9, con una muestra de 111 pacientes. En dicho estudio, se alcanzó la respuesta F-VASI75 a las 24 semanas en el 49,5 % de los casos.
Con respecto a los datos de seguridad, lo observado en nuestros pacientes va en línea con lo ya conocido para el tratamiento con ruxolitinib en crema, siendo las reacciones locales así como la aparición de acné asociado a la aplicación los efectos adversos más relevantes en la práctica clínica habitual. Cabe destacar que estos efectos secundarios son, en general, bien tolerados y no requieren la suspensión del fármaco.
En esta serie prospectiva de práctica clínica, el ruxolitinib en crema en una concentración de 15 mg/g demostró efectividad sostenida hasta las 24 semanas en el vitíligo no segmentario con afectación facial. El tratamiento mostró un buen perfil de seguridad, limitado, principalmente, a reacciones locales leves. Además, también se observó una mejoría progresiva de la pigmentación en aquellas lesiones tratadas fuera de la zona facial.
Igualmente, se muestra el caso de un paciente con gran respuesta, que se produjo de forma precoz, lo que nos induce a pensar en la posibilidad de encontrarnos con un subgrupo de pacientes que podríamos considerar «superrespondedores».
Nuestros hallazgos, concordantes con los ensayos pivotales y con series observacionales recientes, apoyan el uso de ruxolitinib tópico como opción terapéutica eficaz y bien tolerada en pacientes con vitíligo facial. Las limitaciones incluyen tamaño muestral reducido, diseño unicéntrico sin grupo de control y seguimiento de 24 semanas.
Se precisan estudios multicéntricos con mayor muestra y seguimiento prolongado para confirmar la durabilidad de la repigmentación, las tasas de recaída tras la suspensión, el papel de las estrategias de mantenimiento y la optimización de las combinaciones (p. ej., con UVB-BE), así como la identificación de factores predictivos de respuesta y la evaluación coste-efectividad en la vida real.