Casos clínicos
Lluís Dols Casanova, Nalia Domínguez Lirón y María del Mar Blanes Martínez
doi:10.5538/1887-5181.2025.51.27
El síndrome de dermatosis-artritis asociado al intestino (BADAS; del inglés, bowel-associated arthritisdermatosis syndrome) es una dermatosis neutrofílica poco común, que se manifiesta con brotes recurrentes de lesiones cutáneas y artritis. Aunque inicialmente se relacionó con pacientes sometidos a cirugía de bypass intestinal, hoy en día, también se vincula a otras enfermedades gastrointestinales que cursan con sobrecrecimiento bacteriano1.
Presentamos el caso de una mujer de 43 años con el antecedente de un bypass intestinal 11 años atrás, que consultó por la aparición en los miembros superiores e inferiores de unas lesiones nodulares eritematovioláceas (fig. 1 A y B), junto con artralgias en las muñecas y tobillos de 20 días de evolución.
La biopsia mostró la presencia de un infiltrado inflamatorio de predominio neutrofílico en el tejido subcutáneo (fig. 1 C y D). El resto de pruebas complementarias no mostraron hallazgos patológicos.

Inicialmente, el cuadro fue interpretado como un eritema nudoso y se inició el tratamiento con antiinflamatorios no esteroideos y prednisona, aunque, al suspender la medicación, las lesiones reaparecieron. Revisando el caso, resultaban llamativas, aparte del carácter recidivante del cuadro, la localización atípica de las lesiones, con una marcada afectación de las extremidades superiores, y las artralgias que lo acompañaban. Considerando el antecedente quirúrgico, se planteó la posibilidad de BADAS como diagnóstico, por lo que se inició el tratamiento antibiótico con ciprofloxacino oral en dosis de 500 mg diarios. Tras cuatro semanas, se logró la resolución total del cuadro. No obstante, pasados unos meses, las lesiones reaparecieron, pautándose entonces tratamiento con dapsona en dosis de 50 mg diarios de mantenimiento. Actualmente, la paciente se encuentra asintomática.
El BADAS fue descrito por primera vez en 1971 en pacientes sometidos a cirugía de bypass intestinal1, aunque, posteriormente, se ha ido ligando a otros procesos gastrointestinales. Habitualmente, se manifiesta entre tres meses y cinco años después de la cirugía, siendo más frecuente en el sexo femenino2.
En cuanto a su etiología, aunque, con los procedimientos quirúrgicos modernos, su incidencia en relación con la cirugía bariátrica ha disminuido, sigue siendo su causa más común, seguida de la enfermedad inflamatoria intestinal y otras afecciones como la diverticulitis, la fibrosis quística o el sobrecrecimiento bacteriano en el intestino delgado (SIBO; del inglés, small intestinal bacterial overgrowth) 1.
La teoría principal sobre la patogenia del cuadro sugiere que el SIBO y la proliferación de componentes antigénicos bacterianos conllevan un estado inflamatorio y la formación de complejos antígeno-anticuerpo, que se depositan en la piel y las articulaciones, causando el cuadro3.
Se manifiesta típicamente con la aparición de lesiones eritematoedematosas, que evolucionan a pústulas, en el tronco y la raíz de las extremidades superiores. En ocasiones, se presenta con lesiones nodulares similares a las del eritema nudoso, aunque con localizaciones atípicas, como las que mostró nuestra paciente. Otras presentaciones menos frecuentes incluyen lesiones similares al síndrome de Sweet o la formación de abscesos4.
Tiene un curso recidivante-remitente. Las lesiones duran de dos a ocho días y reaparecen, aproximadamente, cada 1-6 semanas. Los brotes suelen acompañarse de artralgias o artritis franca, involucrando a las muñecas o los tobillos. Hasta en la mitad de los pacientes puede encontrarse sintomatología sistémica1.
Histológicamente, no difiere de otras dermatosis neutrofílicas. Predomina la vasodilatación, el edema dérmico y el infiltrado neutrofílico. Las lesiones similares al eritema nudoso presentan inflamación en el tejido adiposo.
En cuanto al manejo de esta entidad, no existen recomendaciones estandarizadas. En la tabla 1, se describen los diferentes tratamientos que hasta la fecha han sido utilizados en los casos comunicados en la literatura.

Los antibióticos constituyen un pilar fundamental; se han empleado las tetraciclinas, las quinolonas y el metronidazol, con buena respuesta. La dapsona se ha utilizado con éxito por su acción antineutrofílica. En algunos casos refractarios, se ha recurrido a fármacos inmunosupresores e, incluso, biológicos.
En los casos asociados a bypass intestinal, el tratamiento quirúrgico es una opción, eliminando el asa ciega en la que se produce el sobrecrecimiento y la inflamación que subyace en el origen del proceso5.
Concluimos que el BADAS es una entidad poco común, pero importante, que considerar en el diagnóstico diferencial de los pacientes con lesiones cutáneas y antecedentes de cirugía bariátrica o enfermedades gastrointestinales. Su diagnóstico temprano y el tratamiento adecuado son cruciales para evitar recurrencias y complicaciones.